SAN MIGUEL DE ALLENDE,
Gto., 31 de octubre.- Con el recuerdo de los 43 normalistas
desaparecidos y en un homenaje a la vida por sobre la muerte, Spencer Tunick
fotografió a un centenar de mujeres desnudas envueltas en flores naranjas de
cempasúchil.
“Todo eso queda a tu propia
interpretación, todos tenemos que morir, que irnos, y es un tema muy sensible.
Es un trabajo sobre la muerte y la paz”.
A unos cinco grados
centígrados y con el elemento místico de la neblina matinal por sobre la
emblemática torre de la Parroquia de San Miguel Arcángel como fondo, el
fotógrafo neoyorquino puso énfasis en recordar que en México se celebra el Día
de Muertos.
100 mujeres participaron en la
sesión fotográfica
Minutos antes de despuntar
el alba, las cien mujeres que habían logrado registrarse para la sesión, se
habían congregado en un hotel, a unos pasos del Parque Juárez, en el centro de
San Miguel de Allende. En esa junta se les dio la bienvenida y se les explicó
el procedimiento de la sesión fotográfica.
Así, mujeres de diferentes
perfiles, entre estudiantes, amas de casa y profesionistas, enfrentaron las
bajas temperaturas y la húmeda neblina del amanecer, para despojarse de sus
vestimentas, y con ello, de muchas más ataduras.
“Son condiciones difíciles
pero vamos a aguantar”, era el llamado del afamado fotógrafo de desnudos
multitudinarios.
Mujeres de 20 años, así
como de 60, convivieron bajo la dirección de Spencer Tunick y sus asistentes,
quienes acomodaban las escaleras desde donde el fotógrafo hacía sus encuadres
con diferentes cámaras.
Con solamente collares de
cempasúchil en color naranja encima, las féminas se hincaban, giraban e incluso
alzaban los brazos.
“¡Que nadie sonría”,
“¡Abajo las cabezas!”, eran algunas de las órdenes que daba el neoyorquino para
completar, en un proceso de casi dos horas, un número indeterminado de
fotografías. A pesar del número de modelos, el trabajo fue ágil, porque las
locaciones cambiaban.
Sin embargo el cierre de
calles y toda la parafernalia desplegada en el suceso, molestó a algunos
vecinos y a sanmiguelenses que usualmente cruzan por esas vialidades para
llegar a sus trabajos.
La desnudez femenina, llamó
la atención de muchos hombres: taxistas, barrenderos, policías, estudiantes y
hasta mujeres mismas, se agolpaban en las esquinas de las calles cerradas para
criticar y calificar el momento de la sesión.
En opinión de Lorena,
estadunidense avecindada en San Miguel de Allende, se trata de una experiencia
indescriptible, incluso para su familia la noticia fue tomada con alegría.
“Sí, hace frío y todo bien,
pero mi esposo está durmiendo. Estoy muy contenta de ver a muchas mexicanas”,
dijo.
Pero gran parte de las
participantes de la sesión, fueron llevadas al lugar de la cita por sus
parejas.
Para otras participantes,
la hora fue aliada de la intimidad, porque a diferencia de otras sesiones, en
ésta muchos vecinos continuaban dormidos.
“He sentido intimidad. Hay
otra vibra ahora que no hay hombres. A mí me tocó estar en la sesión del Zócalo
de la Ciudad de México y era otra cosa, muy difícil, acá está mejor. Más libre.
Hay más respeto. Muy bien, está padre”, comentó Cecilia, quien vive en
Guadalajara.
Al final de la sesión fotográfica
todas las protagonistas aplaudieron y muchas de ellas elevaron sus brazos al
cielo, como si se hubieran liberado.
Tunick, de 47 años de edad,
fue invitado a celebrar la fiesta de la muerte, en el marco del Festival de las
Calaveras, que cada año se lleva a cabo en San Miguel de Allende, donde este
jueves las calles se vieron colmadas de niños ataviados de catrinas, diablitos
y vampiros.
CORTESÍA DE KAVRIEL