MALALA, PREMIO NOBEL DE LA PAZ

El martes 9 de octubre de 2012,  una noticia conmovió al mundo: la pequeña Malala Yousafzai, de apenas 15 años de edad, fue brutalmente baleada en la cabeza por los talibanes, por esos extremistas islámicos que, de muchas maneras, continúan atentando en contra de la dignidad de las personas, principalmente, de las mujeres.

Según el relato policial Malala iba a abordar el autobús de regreso a casa a la salida de su escuela, cuando un hombre le disparó en la sien, la bala atravesó su cara, salió por su mandíbula y se alojo en su hombro.  Malala milagrosamente se recuperó y pudo llevar su voz desde el remoto valle en el norte de Pakistán a todo el mundo y  ahora "por su combate contra la opresión de los niños y de los jóvenes, y por el derecho de todos ellos a la educación", se ha convertido en la persona más joven en ser condecorada con el premio Nobel de la Paz.

La pequeña, previamente había sido amenazada por los talibanes por haber desafiado su autoridad, ya que ellos, entre otras estupideces, prohíben la educación de las mujeres; pero la pequeña no solo se negó a dejar la escuela, además inició su propia lucha para salvaguardar el derecho de las todas la niñas paquistaníes de recibir una educación apropiada, ya que en ese país se estima que más de 3.3 millones de pequeñas menores de 9 años son excluidas del sistema formal de educación.

La realidad es que este atentado también se debió a que Malala, desde que tenía 11 años de edad, comenzó a escribir su diario en un blog,  bajo el seudónimo de Gul Makai, para la BBC, en el cual relataba el sufrimiento que provocaban los talibanes desde el 2007 año que empezaron a controlar la comarca en la que vivía la pequeña.

Con este blog y bajo la  mirada inocente de una niña, el mundo empezó a conocer el horror y brutalidad impuesta por los talibanes, además de reflejar sus propios miedos y las esperanzas de poder seguir yendo a la escuela.

Sábado 3 de enero. Tengo miedo

En su blog, la pequeña dimensiona su mundo, vivencias que no debería tener ningún niño: "Tuve un sueño terrible anoche en el que había helicópteros del Ejército y talibanes. Tengo esos sueños desde que se lanzó la operación militar en el Swat.

"Fui a la escuela con miedo porque el Talibán había emitido un edicto en el que prohíbe que las niñas vayamos a la escuela (...) Mis tres amigas se fueron con sus familias a Peshawar, Lahore y Rawalpindi después del edicto (...) Mientras iba a la escuela escuché a un hombre decir 'te voy a matar'. Apuré el paso y cuando miré hacia atrás el hombre venía detrás de mí. Pero, para mi gran alivio, él estaba hablando por teléfono así que debía estar amenazando a alguna otra persona".

Ahora que Malala ha ganado el Nobel comenta: "He recibido este premio pero esto no es el final. Creo que es el comienzo. Quiero ver que todos los niños vayan a la escuela. Hay 57 millones que no reciben educación. Lo sé porque yo sufrí la misma situación". Sin duda así será.

Malala debería ser ese ejemplo de valentía, voluntad y humanidad que nos hace falta, especialmente para los jóvenes que viven en un mundo acomodaticio y artificial ignorando la pobreza, el abandono, la discriminación y atropello a la dignidad humana que padecen millones de personas en el mundo y en México, especialmente las mujeres, los niños, los ancianos, los indígenas y todas aquellos seres humanos que injustamente son considerados "diferentes", desiguales. Que entiendan que el cambio se da en uno mismo, no en las calles, no en los desmanes.

Esto me lleva a pensar que todas las muertes sucedidas hace poco en México con los estudiantes, todas las protestas, todos los destrozos, no han valido la pena, el único camino es estudiar, estudiar, estudiar.
Un niño, un profesor, un lápiz y un libro pueden cambiar el mundo.

CORTESIA DE BASHALPAL
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