El peor
día de mi vida tuvo lugar en Diciembre del 2002, en la cena de Navidad note un
poco rara a mi hermana, menos parlanchina que de costumbre, me supuse que
quizás se habría peleado con el novio o presiones por su nuevo trabajo, no se,
algo no estaba bien, pero no quise importunarla con preguntas,
generalmente no comentábamos cosas malas, ni chismes, ni nada
desagradable durante las comidas o las cenas.
No
tengo primos, no tengo tíos, toda mi familia eran mi hermana y mis papas. Éramos
una familia muy pequeña. La diferencia de edad entre mi hermana y
yo era de apenas 2 años y medio, crecimos juntos, fuimos a las mismas escuelas,
tuvimos los mismos amigos, fuimos cómplices de nuestras travesuras de todo tipo,
nos cuidamos, soñábamos juntos. Yo era el mayor, la consentía mucho y le decía
que la cuidaría para siempre. Quien tiene una hermana entenderá bien de
lo que hablo.
Poco
después de cenar me llamo aparte y me dijo: te voy a confesar algo, pero quiero
que lo tomes bien, porque todo va a salir bien, tengo cáncer de seno. Me lo
soltó así nomás. No supe que decir, nunca en la vida me había tocado
vivir nada parecido, para empezar ¿qué chingados es eso? ¿Cómo se cura? ¿Qué le
hace al cuerpo? ¿Qué puedo hacer para ayudar? ¿Qué sigue? mis papas tampoco lo sabían,
se enteraron un poco más tarde.
Inició
un tratamiento y una época por demás triste y dolorosa, al final el cáncer venció, mi hermana falleció en octubre del 2003. Fue un
cáncer muy agresivo, se desarrolló rapidísimo, no bastaron las cirugías,
las sesiones de quimio, radioterapia, medicamentos, chamanes, sacerdotes, magos
y demás chingaderas.
No hay
nada más doloroso que ver sufrir de esa manera a la persona que ha estado
contigo en todos tus recuerdos, no hay nada comparado a la angustia
que te produce la impotencia de verla llorar de dolor, cuando tienes que ser
fuerte porque solo tu quedas en pie, no hay nada más triste que ver a tus papas
enterrar a una hija, ni nada más difícil que hacer los tramites funerarios para
tu propia hermana.
Pero el
cáncer nos venció no por negligencia médica, ni por falta de recursos o de
apoyo, nos venció por ignorancia, por falta de información, por desidia, porque
ella supo desde mucho antes de avisarnos que algo no estaba bien, tenía los
síntomas, lo notó casi desde el principio pero no le dio importancia, lo
minimizó. Cuando fue al médico ya era demasiado tarde y nunca ya nada volvería
a ser igual.
Las
estadísticas indican que 1 de cada 8 mujeres padecerá cáncer de seno. Pero
también indican que más del 95 % se curan si se detecta a tiempo.
Estimadas revísense. Hay muchas asociaciones civiles que ofrecen estos servicios sin costo alguno.
Estimados recomienden a sus familiares y amigas que lo hagan, si se toman medidas a tiempo quizás no haya más historias como la mía.