Un
cantinero en Australia experimentó lo que es vivir como millonario gracias a
una falla en el sistema de cajeros automáticos de su banco.
Dan Saunders se dio una
vida de ricos por cuatro meses y medio a partir de febrero de 2011, gastando en
prostitutas de lujo, aviones privados, restaurantes exclusivos y en casinos.
El joven de 29 años
descubrió una falla en el Banco Nacional de Australia (NAB) que le permitió
tener acceso a dinero cuando quiso y en la cantidad que quiso, reveló la prensa
australiana.
"Con la tarjeta de
NAB, podía hacer lo que quisiera hacer, ir a donde quisiera, hacer lo que
quisiera mientras trajera mi tarjeta en mi cartera. Me sentía como rey",
declaró Saunders a Current Affairs. "Me sentía como estrella de rock,
quizá me miraba gordo como un Kanye West blanco, pero te sentías como si fueras
Kanye West".
UNA VIDA DE LUJOS GRACIAS A FALLAS EN CAJEROS
En una entrevista exclusiva
con Current Affairs, el hombre dio a conocer como todo pasó de una noche de
tragos con los amigos hasta una vida de lujos, con dinero que no era el suyo.
Saunders se había mudado a
Wangaratta en Victoria cuando una noche de febrero de 2011 decidió ir al cajero
para sacar dinero para la parranda.
El hombre se dio cuenta que
solo tenía 3 dólares en su cuenta por lo que transfirió 200 dólares
australianos desde su tarjeta de crédito.
La pantalla mostró que la
transacción se había cancelado, pero en realidad el dinero si se había pasado a
su cuenta bancaria.
Con sus 200 dólares en la
cartera, el joven regresó con sus amigos para seguir la fiesta.
Esa misma noche, el
cantinero que ganaba 700 dólares a la semana en el pequeño pueblo de 17 mil
habitantes, decidió ver si el truco funcionaba nuevamente.
Cuando intentó ver el saldo
de su cuenta, el sistema le indicó que no estaba disponible, así que transfirió
nuevamente 200 dólares desde su tarjeta de crédito. Cuando vio que funcionó, hizo
una transferencia por un total de 2 mil dólares, el límite de su tarjeta.
Debido a que los cajeros
automáticos se desconectaban durante cierto tiempo del día, la gente podía
transferir dinero pero no obtener un saldo de sus cuentas, así que el dinero era
retirado pero no era registrado en el sistema, ni cargado a la tarjeta de
crédito.
Siguiendo la misma mecánica, el hombre ya había transferido 20 mil dólares a su cuenta bancaria un par de semanas después.
Cuando el hombre comenzó a
apostar dentro del pub donde trabajaba, a los dueños se les hizo raro que lo
hiciera en cantidades grandes y pronto comenzó a apostar en sólo una noche más
de lo que el negocio podría hacer en tres semanas. Las sospechas sobre posible
dinero sucio llevaron a su despido.
Además, cuando su novia se
enteró de que estaba gastando mucho dinero, ella decidió terminar la relación
por mensaje de texto, afirma el joven.
REGRESO A MELBOURNE
Despedido y sin novia,
decidió seguir con su vida, por lo que regresó a Melbourne donde obtuvo
"asesoría" de amigos.
Saunders siguió con las
transferencias de dinero hasta que su vida cambió de un cantinero a un
millonario.
Entonces se inventó identidades con las personas que conocía. A unos les dijo que era un jugador de póker, a otros que era un cirujano o un banquero.
Entonces se inventó identidades con las personas que conocía. A unos les dijo que era un jugador de póker, a otros que era un cirujano o un banquero.
Para mayo de ese año,
Saunders ya se había hecho dueño de 1.6 millones de dólares australianos a
través de las transferencias de cajeros.
CARGO DE CONCIENCIA
Sin embargo el hombre
comenzó a sentir culpa por tomar dinero que no era el suyo y decidió someterse
a terapia con un psicólogo.
En junio de ese año
finalmente decidió terminar con su modus operandi y llamó al banco. Para
entonces el banco ya había comenzado una investigación, por lo que le dijeron
que no hablarían con él.
El banco reconoció que la
historia de Saunders es cierta e informó en un comunicado que cuando se dio
cuenta de la vulnerabilidad, "parchó" el sistema y cerró sus cuentas.
Tres años después, Saunders descubrió que el banco no había presentado cargos en su contra.
No fue hasta la semana
pasada, un día después de grabar la entrevista con Current Affairs, cuando
finalmente la policía emitió una orden de arresto.
El hombre a la fecha sigue
prófugo.
De ser enjuiciado y
encontrado culpable, el hombre podría enfrentar una pena de 10 años de prisión.
CORTESÍA DE MATT